Buenaventura Durruti
José Buenaventura Durruti Domínguez
Sindicalista y revolucionario anarquista español
Buenaventura Durruti nació el 14 de julio de 1896 en León.
Segundo de los ocho hijos de Santiago Durruti, trabajador ferroviario, y Anastasia Dumange.
Se crió en el barrio de Santa Ana y, hasta los ocho años, asistió a la escuela de la calle de la Misericordia. Después estudió en la escuela de Ricardo Fanjul.
Cuando tenía catorce años, dejó los estudios para entrar como aprendiz de mecánico en el taller de Melchor Martínez, socialista, quien durante dos años le impartió clases de mecánica y socialismo. Posteriormente, trabajó en el taller de Antonio Mijé. Fue mecánico-ajustador y trabajó en los ferrocarriles.
En 1920 se instaló en la ciudad de Barcelona y se afilió a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Se hizo famoso por su valiente resistencia a las organizaciones pistoleras que las sociedades patronales financiaban para intimidar y asesinar a los trabajadores destacados por su lucha obrera.
Fue encarcelado y deportado en numerosas ocasiones, circunstancias que Durruti aprovechaba para difundir el ideario anarquista. En 1922 creó, junto con Joan García Oliver y Francisco Ascaso, el grupo Los Solidarios, al que se acusó del asesinato del cardenal Soldevilla.
Escapó a Argentina y viajó por otros países latinoamericanos y europeos. En 1931 regresó a España e integró el sector 'faísta' (próximo a la Federación Anarquista Ibérica, FAI) de la CNT, beligerante con la II República. Participó en las insurrecciones de 1932 y 1933.
Durante la Guerra Civil, en 1936, promovió la creación en Barcelona del Comité de Milicias Antifascistas y encabezó una columna de milicianos enviada al Frente de Aragón. Cumpliendo órdenes del Gobierno Republicano, Durruti viajó a Madrid, en aquel momento seriamente amenazada por las tropas nacionales.
Cuando se dirigía desde su residencia oficial al frente, situado en la Casa de Campo, hizo detener el automóvil frente al Hospital Clínico, que en aquel instante presentaba una situación peculiar: el edificio estaba ocupado en su parte superior por fuerzas contrarias a la República, compuestas por guardias civiles y falangistas, y en la inferior por tropas republicanas. Allí, Buenaventura Durruti cayó gravemente herido, falleciendo al día siguiente, 20 de noviembre de 1936.
Tras su muerte, el cadáver fue enviado a Barcelona, donde fue recibido en loor de multitudes. Su entierro paralizó la ciudad, y el cortejo fúnebre recorrió las arterias más importantes. Aclamado por cientos de miles de personas, fue enterrado en el cementerio de Montjuich, donde yace desde entonces.